Renacimiento
La pintura del Trecento (siglo XIV) muestra muchos trípticos
y usa sencillas hojas de oro que representan el carácter de Dios. Las
paredes de los monasterios toscanos están decoradas con frescos en los
que dominan los fondos decorativos de fondo azul (que representa el
cielo) con pequeñas cabezas aladas de ángeles.
Los personajes todavía no
están ubicados en paisajes con perspectiva, ni hay sentido de profundidad en las escena.
Giotto di Bondone (1267 - 1337)
Giotto inaugura la tridimensionalidad del arte mural italiano, dando así
un corte radical con el bizantino (Arte Macedonio del siglo XIII) y abriendo el camino para los
volúmenes y el humanismo del renacimiento italiano.
Domenico di Bartolomeo da Venezia (1400 - 1461)
El trabajo de Domenico se destaca sobre todo por su notable tratamiento
del color (y las diferencias que en él provocaba la luz).
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi (1445 - 1510)
También conocido como Sandro Botticelli, consigue poner fin al problema de cómo distribuir las figuras. Problema que se debe al concepto de hacer del cuadro un espejo de la
realidad. Botticelli lo resuelve tomándose libertades con la Naturaleza,
para dotar de belleza y armonía a la obra.
Leonardo Da Vinci (1452 - 1529)
La tendencia que él
inició busca que los contornos de la figuras se fundan con la atmósfera
plasmada en la obra, y su ideal y estética de belleza han servido de
inspiración a incontables artistas, Da Vinci dominaba sobre todo la técnica del esfumado y la combinación de sombras y luces. Todas estas cualidades aparecen reunidas en obras como La Gioconda, La Última Cena y La Virgen de las rocas.
Michelangelo Buonarroti (1475 - 1564)
Considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica. Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a
la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición
por parte del papa Julio II, y que se concretó en una obra excepcional que magnifíca la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos.
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