Muchos artistas modernistas quieren crear un arte nuevo, joven, libre y moderno, que representara una
ruptura con los estilos dominantes en la época, tanto los de tradición
academicista (el historicismo o el eclecticismo) como los rupturistas
(realismo o impresionismo).
Saturnino Herrán nació en la ciudad de Aguascalientes, el 9 de julio de 1887. Sus padres fueron José Herrán y Bolado y Josefa Guinchard Medina.
Ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes (Academia de San Carlos) en 1904, en el momento en que la institución había cambiado sus planes de estudio, bajo la dirección en las clases de dibujo y pintura impartidas por Antonio Fabrés.
Tuvo razón José Clemente Orozco cuando dijo que el muralismo se había
encontrado con la mesa puesta, porque la pintura mural no hubiera podido
existir sin el preámbulo de la obra de Saturnino Herrán.
En 1903 el arquitecto Antonio Rivas Mercado fue nombrado director de la ENBA, e impuso una técnica para enseñar a dibujar basada en modelos geométricos, planos y volúmenes.
Como subdirector contrató al pintor catalán Antonio Fabrés partidario del realismo, detallista y de una meticulosidad extraordinaria. Saturnino Herrán primero fue su discípulo pero después rompió con ciertas directrices, conservando muchas de las excelencias de su técnica.
Finalmente, Herrán se convirtió en uno de los pintores que mejor supo captar a la gente y personajes de México en su vivir y quehacer cotidiano (cultura popular).
Cuando Fabrés abandonó la academia, Herrán se convirtió en alumno de Germán Gedovius, un extraordinario colorista que enseñó a Saturnino los altos secretos de la pintura y el retrato. Herrán recibió reconocimientos por obras como Labor o El Trabajo y sus pinturas Molino de vidrio y Vendedoras de ollas lo consagraron como un artista que había roto con el modernismo pictórico y había creado un nuevo lenguaje.
Saturnino Herrán nació en la ciudad de Aguascalientes, el 9 de julio de 1887. Sus padres fueron José Herrán y Bolado y Josefa Guinchard Medina.
"Autorretrato con calavera", Saturnino Herrán, 1918, Dibujo al carbón sobre papel en óvalo, 27x25cm Colección del doctor José J. Herrán. |
Ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes (Academia de San Carlos) en 1904, en el momento en que la institución había cambiado sus planes de estudio, bajo la dirección en las clases de dibujo y pintura impartidas por Antonio Fabrés.
"La Ofrenda", Saturnino Herrán, 1913 MUNAL |
En 1903 el arquitecto Antonio Rivas Mercado fue nombrado director de la ENBA, e impuso una técnica para enseñar a dibujar basada en modelos geométricos, planos y volúmenes.
Como subdirector contrató al pintor catalán Antonio Fabrés partidario del realismo, detallista y de una meticulosidad extraordinaria. Saturnino Herrán primero fue su discípulo pero después rompió con ciertas directrices, conservando muchas de las excelencias de su técnica.
Finalmente, Herrán se convirtió en uno de los pintores que mejor supo captar a la gente y personajes de México en su vivir y quehacer cotidiano (cultura popular).
Cuando Fabrés abandonó la academia, Herrán se convirtió en alumno de Germán Gedovius, un extraordinario colorista que enseñó a Saturnino los altos secretos de la pintura y el retrato. Herrán recibió reconocimientos por obras como Labor o El Trabajo y sus pinturas Molino de vidrio y Vendedoras de ollas lo consagraron como un artista que había roto con el modernismo pictórico y había creado un nuevo lenguaje.
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